Musashi abandono la cima del monte del maestro, mientras buceaba en sus recuerdos, atravesaba el bullicio de la aldea Koshin.
Campesinos, Prostitutas y Monjes se cruzaban en su camino. En el cruce del pueblo se oían unos gritos acalorados propios de un duelo entre samuráis.
Musashi no prestaba atención alguna a algo tan insignificante como otro baño de sangre sin fundamento.
Un joven de unos 17 años, ataviado con armadura y casco, tropezó de frente con el vagabundo.
• ¡Aparta vagabundo piojoso!.
La mirada de Musashi se torno cruel y deshumanizada, en un movimiento rápido desenvaino su espada y cerceno la cabeza del joven descarado. Mientras la sangre brotaba sin parar del cuello, musashi envaino la espada de nuevo, y siguió caminando.
El resto de samuráis observaban como el cuerpo sin vida intentaba andar sin dirección posible para después desplomarse sobre el suelo encharcado en sangre.
• ¡Cabron!
• ¡ VAGABUNDO, vuelve aquí!.
6 samuráis salen corriendo tras la estela de Musashi, lo rodean y le cortan el paso.
• ¡Has matado a Yamazaki! has de pagar con tu vida.
Musashi enciende su pipa de madera alargadísima, y se recoge el pelo dejando una gran cola de caballo.
Dos campesinos que pasaban justo por ahí, intentan salir corriendo, el mas torpe roza al samurai mas grande. Este sin justificación alguna le suelta un espadazo en su espalda, cayendo herido de muerte al suelo.
Musashi observa la situación y entona:
• ¿Que te ha hecho ese pobre hombre?
• Ha rozado mi tanto(Espada corta usada para seppuku, es decir suicidio ritual).
• Hubiera sido mejor que la hubieses usado para quitarte la vida.
• No si puedo matarte a ti antes y recuperar mi honor.
• Lo intentaras, y yo os asesinare a todos.
El silencio invade el lugar, unos cuervos en la cornisa del edificio colindante sueltan graznidos de ultratumba, sabiendo que hoy tendrán comida de sobra. El viento sopla en el bosque a la derecha de musashi, y el arroyo canta por su paso por el pueblo.
Musashi desenvaina sus dos espadas, en un movimiento de cruz acaba con los dos que tiene detrás, mucho antes de que estos se puedan dar cuenta de que ya están muertos.
Los dos de los lados atacan en perfecta coordinación de movimientos, uno arriba a la altura del cuello y otro abajo a la altura de las rodillas, Nuestro héroe bloquea los movimientos con sus dos espadas. Un tercero de frente se percata y ataca la cabeza del ronin vagabundo, el baile esta en su apogeo, musashi salta hacia atrás y moviendo sus espadas con una semicircunferencia corta dos cuellos desprotegidos y bloquea el ataque del tercero:
• Hum...demasiado débil, samurai.
Suelta su espada izquierda, agarra las muñecas del samurai y corta los brazos a la altura de los codos, el samurai ante esa visión suelta un alarido oído en todo el valle, musashi se apresura por liquidarlo y clava su espada en el cuello, ahora el grito es ahogado, y es rematado por un mandoble de la espada caída en el suelo, a la altura del corazón. La visión del samurai se vuelve blanca, ha muerto.
De una patada en el estomago suelta las espadas del cuerpo agarrotado, y las agita una vez de arriba a abajo para soltar la sangre adherida.
• Solo quedas tu, samurai.
El samurai esta atónito, de su ceñida armadura y pantalón sale un liquido amarillento, la muerte de sus compañeros a calado fondo en su vejiga.
• Vaya...un samurai con miedo ante la muerte, curioso, ahora te asesinare.
Con un salto de atleta el vagabundo despliega sus Katanas como si de dos alas se tratase. Al caer al suelo sus espadas vuelven a estar empapadas en sangre, con otro movimiento la sangre flota en el aire y se desvanece del acero, las espadas están envainadas.
El samurai esta de pie, sin moverse, petrificado, pero la gravedad desvela la verdad, su cabeza y tronco han sido cortados y como si se tratase de un castillo de naipes infructuoso, el amasijo de carne cae al suelo.
Los cuervos graznan de felicidad, el arroyo vuelve a sonar, y un niño con mirada perdida escondido tras un abrevadero pregunta:
• No me mate señor, he de cuidar de mi familia.
El vagabundo se suelta el pelo y da una calada de su pipa, mira al pequeño de unos 10 años y dice:
• No te preocupes pequeño, vuelvo a mi pueblo.
• ¿Y como se llama su pueblo señor?
Miyamoto responde:
• Ya no lo recuerdo pequeño, toma, ve y cuida de tu familia.
Extiende el brazo y deja caer unas monedas, mientras el pequeño las recoge alza la mirada llena de felicidad y exclama:
• ¡GRACIAS!
Pero Musashi ya se ha retirado y solo una sombra se distingue en la lejania.El niño no olvidara nunca al vagabundo, quien sabe si se volverán a encontrar.
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