Planet Dust Cap 0.5

La tarde se antojaba roja en el fondo de la capital española. Cierto era que debido a los cambios de clima de los últimos meses, los atardeceres era cada vez mas estrambóticos, tonos purpura, amarillos cobrizos, y azules grisáceos.

Enrique observaba el cielo mientras avanzaba por un tortuoso laberinto de coches calcinados, cubos de basura, cadáveres y suciedad extrema.
Unos maullidos de gatos salvajes anticipaban el paso de Enrique por las diferentes esquinas de los bloques de viviendas, justo antes de llegar a una rotonda después de subir una empinada cuesta, Enrique se subió al techo de un seat Ibiza caja 4 calcinado, para observar el túnel que había en dicha rotonda, ya que sabía que “ellos” podían estar allí.

Oyó siseos y sonidos guturales non-gratos, por lo que decidió atravesar un edificio, el cual parecía un gigante árbol verde, ya que la maleza había campado a sus anchas. Después de montar un revuelo intenso a su paso por decenas de pájaros y palomas, apretó el paso saltando una valla y cayendo en una piscina colindante a la casa de José.

Sabía que las vallas no eran así, se habían ampliado y se habían puesto focos y barreras perimetrales a lo largo de la finca. Es normal teniendo en cuenta que José había trabajado durante tiempo para una de las mejores empresas de seguridad de España, se las ingeniaría para llegar al almacén y hacerse con todo el material disponible y montarlo.

Enrique esbozo una leve sonrisa ya que el también conocía esos sistemas y sabia como burlarlos, no sería problema para un técnico de primera con experiencia de 10 años en sistemas de seguridad y grupos de presión anti incendio.
Se agacho y cogió arena tirándola a la valla, esta no hizo nada.

-Al menos no está electrificada- Pensó en voz alta Kike.

Con un pequeño alicate de mangos amarillos comenzó a cortar la valla, y cuando hizo un hueco lo suficientemente grande, paso serpenteante, hasta el interior de una zanja llena de barro.

Ahora faltaban las barreras, pero Enrique no siguió. No le gustaba lo que veía, las barreras no estaban alineadas, lo cual no podía ser, para su correcto funcionamiento tenían que estarlo al milímetro. Algo no le gustaba de lo que veía, la zanja de barro, tenía el fondo un poco esponjoso, como si alguien hubiese puesto gomaespuma.
-Sera cabronazo. Mas listo de lo que creía.

El sistema PPS (Sistema diferencial de Presión) había saltado ya hacia un minuto y desde luego José ya sabía que alguien estaba allí. Para colmo y por los nervios, antes de saltar un muro de piedra, otro detector de exteriores con foco acoplado ya le había cazado a unos 30 metros de distancia.

-Mierda Mierda Mierda. Coño!

Un Altavoz situado en la primera planta de aquel edificio de 5 plantas, comenzó a sonar llevando a través del viento una melodía de Beethoven, y una voz tosca y seria.

-Estas en un lugar prohibido, tienes 20 segundos para largarte o morir.

Enrique sabía que era un camelo, si salía de aquel montículo de basura y ruedas gastadas, seria hombre muerto, José ya no concedía perdones, la última vez que lo intentaron este se mosqueo con Alberto y salieron por pies.

Así que sin dudarlo cogió la beretta y disparo al 3 piso, creyendo ver una sombra, inmediatamente después de la primera detonación, una ráfaga de fusil de asalto comió el suelo y alcanzo a Enrique cerca del gemelo derecho.

-Basta!!!!!!!!!!!, ALTO!!!!!!!!!! SOY YOOOOOOOOOO. ….cabronazo…..

Del primer piso del sentido opuesto al disparo de Enrique, se alzo José. Figura de 1.94 cms y 98 kilos de peso, pantalones cortos de mil bolsillos, camiseta sucia y gorra de tirador al revés.

-Me esperaba más de ti, socio…..
-Pues yo no de ti.
-No te muevas de donde estas, y deja la pistola contigo. Al fin y al cabo fuimos amigos una vez.
-Gracias-Grito Enrique con la voz desencajada.

Bajando una escalera de metal incrustada en la terraza del primero, bajo sin quitar un ojo de encima a su amigo Enrique, y comenzó a sacarse una venda y alcohol de un pequeño estuche.

A escasos 2 metros se para y comenta;
-Solo te ha rozado ¿no?
-¿Como lo sabes?
-Ha sido adrede, toma ponte esto, y levanta….tenemos compañía.